lunes, 7 de enero de 2008

Jaque


El reloj que dice tres. Y nuestro tiempo que se escurre como un pez.
Levanto la vista y te encuentro, al otro lado de este tablero de ajedrez japonés
comiendo mis peones hechos de miga de pan francés.
Por debajo de la mesa buscando los tuyos estiro mis pies, increpo tus ojos y les pregunto si tal vez... si todo esto no estuviese al revés...
Me interrumpo yo mismo al darme cuenta, de que es mi turno de mover otra vez.